Se ha hecho esperar, pero por fin ha llegado. Cientos, miles de embriones están de enhorabuena y celebran, entre suspiros, la noticia del éxito. Éxito obtenido por los equipos de investigadores de Tokio y la Universidad de Wisconsin (EEUU), los cuales, han obtenido células madre “idénticas” a las embrionarias mediante la “reprogramación” de células de piel adultas. Gracias, porque con ello habéis demostrado que, tal, es la alternativa real a la interesada investigación con células madre embrionarias.
Ya el año 2006 fue el año de la confirmación del éxito de las células madre adultas para la terapia médica, al tiempo que se sigue, fracaso tras fracaso, y muerte tras muerte, con líneas gubernamentales para financiar las células madre embrionarias. A pesar de lo cual, aún así, es frecuente leer a diario, en las diferentes revistas de divulgación médica, los prometedores éxitos que se esperan con estas, células embrionarias, como fuente potencial de tejidos en la llamada “medicina regenerativa” de las distintas especialidades médicas. Pero no, parece que tales éxitos no llegan más que por parte de los tejidos de adulto.
Células madre de tejidos adultos, las cuales no generan ninguna objeción ética puesto que respetan en todo momento la vida y la dignidad de la persona; algo que si se cuestiona en la investigación con células madre embrionarias ya que para su obtención se destruye el embrión, el embrión preimplantado. Es decir, se destruye una vida, una vida naciente, porque todos…... “TODOS FUIMOS EMBRIONES PREIMPLANTADOS”.
Éstas “nuevas células madre embrionarias”, al igual que las células madre adultas, no sólo ofrecen mayor seguridad que las deseadas embrionarias “puras”, sino que además no presentan las limitaciones éticas de éstas últimas, fundamentalmente porque no atentan contra la vida de nadie, en estos caso los embriones. Y aún así, frente a tales reconocidos éxitos, siguen surgiendo insistentemente voces que reclaman seguir con la poco exitosa investigación de las células madre embrionarias, las cuales lo único que es seguro que consiguen es, la muerte de una vida.
“La vida frente a la muerte, esa es la cuestión: salvar vidas respetando la vida o matar vidas para investigar por si acaso pudiéramos salvar alguna vida”.
Gracias porque quizá, estos y otros éxitos, consigan hacer ver a los manipuladores de las células embrionarias que la verdadera fuente terapéutica no está en estas. Quizá así se olviden de las pequeñas embrionarias para dejarlas crecer en paz.
22 de noviembre de 2007
Alvaro Vázquez Prat
Presidente Provida-Aragón
Ya el año 2006 fue el año de la confirmación del éxito de las células madre adultas para la terapia médica, al tiempo que se sigue, fracaso tras fracaso, y muerte tras muerte, con líneas gubernamentales para financiar las células madre embrionarias. A pesar de lo cual, aún así, es frecuente leer a diario, en las diferentes revistas de divulgación médica, los prometedores éxitos que se esperan con estas, células embrionarias, como fuente potencial de tejidos en la llamada “medicina regenerativa” de las distintas especialidades médicas. Pero no, parece que tales éxitos no llegan más que por parte de los tejidos de adulto.
Células madre de tejidos adultos, las cuales no generan ninguna objeción ética puesto que respetan en todo momento la vida y la dignidad de la persona; algo que si se cuestiona en la investigación con células madre embrionarias ya que para su obtención se destruye el embrión, el embrión preimplantado. Es decir, se destruye una vida, una vida naciente, porque todos…... “TODOS FUIMOS EMBRIONES PREIMPLANTADOS”.
Éstas “nuevas células madre embrionarias”, al igual que las células madre adultas, no sólo ofrecen mayor seguridad que las deseadas embrionarias “puras”, sino que además no presentan las limitaciones éticas de éstas últimas, fundamentalmente porque no atentan contra la vida de nadie, en estos caso los embriones. Y aún así, frente a tales reconocidos éxitos, siguen surgiendo insistentemente voces que reclaman seguir con la poco exitosa investigación de las células madre embrionarias, las cuales lo único que es seguro que consiguen es, la muerte de una vida.
“La vida frente a la muerte, esa es la cuestión: salvar vidas respetando la vida o matar vidas para investigar por si acaso pudiéramos salvar alguna vida”.
Gracias porque quizá, estos y otros éxitos, consigan hacer ver a los manipuladores de las células embrionarias que la verdadera fuente terapéutica no está en estas. Quizá así se olviden de las pequeñas embrionarias para dejarlas crecer en paz.
22 de noviembre de 2007
Alvaro Vázquez Prat
Presidente Provida-Aragón